domingo, 1 de octubre de 2017

La Mujer está exenta de ciertas Mitzvot


De las 613 mitzvot de la Torá, la mujer está exenta sólo de siete que todo hombre debe cumplir. (Hay otros mandamientos que sólo son para ciertos individuos o grupos como los cohanim, el primogénito, levitas, reyes, hombres casados, etc.). Estas siete mitzvot positivas están sujetas al tiempo y requieren que el judío diga el rezo de la Shemá, lleve Tefilín, Tzitzit, cuente el Omer (los días entre las festividades de Pesaj y Shavuot), escuche el toque del Shofar (cuerno de carnero) en Rosh HaShaná (año nuevo judío), se siente en una Sucá en la festividad de Sucot (Tabernáculo) y tome un Lulav (una palma hecha de atado de mirto y sauce) y un Etrog (toronja) el primer día de Sucot. Con la exención de llevar Tefilín, la mujer ashkenazita no tiene prohibido realizar estas mitzvot. De hecho ellas asumen con frecuencia el cumplimiento de estas últimas cinco con exención de la puesta del Tzitzit (las mujeres sefaraditas no acostumbran cumplir estas mitzvot).
Una de las razones expuestas del por qué los hombres deben observar las mitzvot ligadas al tiempo, más que las mujeres, es que el hombre necesita más de algo externo que le recuerde lo precioso del tiempo, y necesitan de refuerzos extras para hacer uso de esto con fines espirituales. Algunas formas de recordar el tiempo son superfluas para la mujer, ya que poseen relojes biológicos internos que corren según los días, meses y años (N. Lamm, A Hedge of Roses, Jerusalem; Feldheim, 1977, p. 76)
La Torá nos enseña que el tiempo es potencialmente sagrado. Cada instante tiene su propio significado, y cada momento del día es propicio para cumplir una meta espiritual. Las mitzvot ligadas al tiempo sirven para mantener al judío en constante alerta del potencial de la santidad del tiempo, lo que se logra mediante nuestras acciones. Los hombres al no estar ligados al reloj biológico, necesitan rodearse de mitzvot al comienzo de cada día, como una forma de tomar conciencia del tiempo. Se ponen durante todo el día el Tzitzit (vestimenta interna con flecos en las cuatro puntas), rezan el oficio matutino, se ponen el Talit (manto para el rezo con flecos en las cuatro puntas) y los Tefilím (filacterias). Cada mes, refuerzan conciencia del tiempo, santificando el nuevo mes y estableciendo nuevas metas cada año y se proponen mantener vívida su espiritualidad en el intervalo de una festividad a otra.
Como los hombres poseen más daat, tienden a apegarse más a los detalles de lo secular del mundo externo. Es por ello que necesitan advertencias externas que les recuerden la importancia de la santidad del tiempo. La mujer tiene ritmos biológicos internos que sirven al mismo propósito. Los judíos no consideran al ciclo menstrual de la mujer como un accidente de la naturaleza. Di-s lo creó deliberadamente para enseñar una específica lección espiritual.
Una de las formas por la que la mujer refuerza el mensaje de su ciclo menstrual es cuidando las leyes de pureza familiar, las que enaltecen su conciencia de la santidad del tiempo. Tanto el hombre que cumple los mandamientos ligados al tiempo y presta atención en santificar el mundo externo, como la mujer que cuida la pureza familiar y atiende el mundo interior, pueden imitar a Di-s y santificar la vida. sin embargo ambos logran el mismo objetivo por diferentes vías, las que son propias a cada sexo.
Prioridades diferenciales
Otra razón que ha sido propuesta acerca de por qué las mujeres están exentas de cumplir con ciertas mitzvot que únicamente pueden ser efectuadas en su tiempo definido, es porque este requerimiento crearía mucha tensión para ellas. A pesar de que las mujeres no están obligadas a casarse o a tener hijos, el judaismo reconoce la posibilidad de que ellas probablemente optarían por las dos. Para poder facilitar estas elecciones, la Torá no las obliga a cumplir ciertos mandamientos sujetos a un tiempo definido. esto es porque las responsabilidades principales de una mujer casada ( especialmente si tiene hijos), son sus familias y hogares y si tuvieran otras responsabilidades sobre sus cabezas injustamente las pondría bajo presión. Aquello que es requerido que las mujeres hagan es algo tan criticamente importante para poder garantizar la eternidad del pueblo judío, que sobrepasa la obligación de cumplir con mitzvot sujetas al tiempo.

Debido a que a los hombres les corresponde refinarse a si mismos frente al mundo externo, el judaismo supone que es probable que a traves de su interacción con el mundo externo, se aparten de sus verdaderos objetivos espirituales. por eso los mandamientos que están sujetos al tiempo y que gobiernan el comportamiento y el tiempo del hombre, les enseñan cada mañana al despertarse que su principal prioridad es la de consagrar su corazón y mente para servir a Di-s durante el resto del día. Esto previene que el hombre sea capturado por el comer, trabajar, o ser egocentrista, lo cual lo llevaría a ver el mundo secular como un fin en si mismo.
Ya que las mujeres deben realizarse desarrollándose en formas internas, sus mentes no deben ser apartadas a través de distracciones externas, así como los hombres, para poder enfocarse en su relación con Di-s. Existe una suposición de que las mujeres se encuentran innatamente mucho más enfocadas en sus estados internos de lo que los hombres lo están, y que las mujeres están más concientes de las necesidades de los otros. Debido a esto, su terreno de realización personal les permite tener que cumplir menos rituales. Esto es porque la Torá asume que las mujeres utilizarán su biná para poder dar de ellas mismas hacia los otros, en vez de ser distraidas por el mundo externo.
Así, por ejemplo, cuando cada mañana la familia se despierta, inmediatamente la mujer comienza a ocuparse de las necesidades de los otros, si tiene niños pequeños, lo primero que hará es darle de comer al bebe, preparar el desayuno para otros niños y mandarlos a la escuela; si le fuera exigido asistir tempranamente en la mañana a un minian, sería contraproductivo para el mantenimiento de la familia. Su prioridad esencial es la de imitar a Di-s a traves de atender a sus hijos, una vez que esto ha sido realizado, su atención debe de estar directamente enfocada a Di-s. si ella estuviera obligada a cumplir las mitzvot sujetas a tiempo definido, continuamente interferirían en su capacidad de ocuparse de las necesidades de su familia, las cuales son principales (Avudraham).
Las mujeres no están obligadas a asistir a los rezos en la sinagoga; sin embargo aquellas mujeres que no afectarían las necesidades de sus familias son alentadas a desarrollar su conexión con Di-s a través de rezar diariamente, incluyendo el asistir a la sinagoga si así lo desean. También deben de tratar de dar su tiempo para dar caridad y ocuparse de los otros; por ejemplo si tienen ingresos pueden dar el diez por ciento de ellos a gente necesitada, pueden voluntarizar su tiempo libre o el profesional para aquellos que necesitan ayuda o demostrarles preocupación y consuelo. Adicionalmente las mujeres son incitadas a estudiar Torá de la manera que les sea más relevante para ellas.
Lisa Aiken

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